¿De las redes a los medios o de los medios a las redes?

Amalia M. Benítez – Licenciada en Ciencias de la Comunicación con especialización en Investigación de opinión pública y publicidad UBA. Diplomatura en Marketing Digital y Social Media UTN.

 

Esta mañana iba escuchando la radio en el auto, y la periodista comenta una carta que una famosa le había escrito a su madre en donde le pedía perdón y la publicaba en su sitio de red social. De inmediato me provocó la reacción de pensar ¿qué me podría importar el conflicto personal de esta Sra.? También pensé ¿por qué ella no le pidió perdón a su madre hablando, o con el viejo método de dejar una cartita sobre la mesa de la cocina o pegada en la puerta de la heladera? Como lo haría cualquier otra persona. Y por último pensé ¿por qué un medio de comunicación masiva levanta publicaciones de un sitio personal de red social? Que, aunque sea pública la información, es del ámbito privado de la persona. Y ¿dónde está el hecho noticioso real?

En periodismo elegimos cada día, de cientos y miles de eventos de la esfera pública y privada, los hechos más relevantes que afecten a una porción de la sociedad. Cuanto más amplia sea esa porción, más impacto tendrá la noticia.  Ese criterio de relevancia es lo que hace a la profesión del periodista.  Antes se lo llamaba olfato periodístico, ahora se estudia mucho y contamos con eficientes herramientas de la tecnología para medir el impacto social de cada noticia. Por lo cual podemos, no sólo medir, sino también anticipar ese impacto.

Entonces, me pregunto, ¿cómo surge la confusión del origen y flujo de la información en esta nueva era transmedia? en donde sigue existiendo una transmisión de información, pero ya no ocurre a través de un único canal, sino que se produce al mismo tiempo en diferentes plataformas, permitiendo en algunos casos hasta interactuar con el mensaje. Todo se cuela y se hace para el lector muy difícil identificar los límites entre lo periodístico y lo publicitario, de lo público y lo privado, de lo que es un hecho noticioso real y lo que no es. Antes sólo discutíamos sobre lo que era prensa o periodismo, hoy las barreras bajaron y todo fluye en un mar de borrosa intensidad. Y esta transversalidad mediática mina, no solo económicamente al periodismo como empresa, sino que mancilla el horizonte de expectativas del receptor frente a lo que va a recibir.  

¿No será el propio periodismo el que trae y réplica publicaciones de las redes, propiciando esta confusión? Muy usual en el género del espectáculo, donde no hubo mucho para contar en estos años de pandemia y los medios empezaron a tomar con más frecuencia de la vida privada de los artistas que, hicieron todo lo posible para no perder visibilidad y en algún caso tratar de monetizar. Pero también es frecuente ver cómo el periodismo levanta declaraciones de políticos de sus cuentas de red social, los cuales fueron eliminando gradualmente la figura del vocero de prensa y auto-gestionan su comunicación. 

Durante los últimos años, los que trabajamos en medios, venimos sufriendo un achique, de ventas, tanto de ejemplares (para los medios que aún imprimen) como publicitarias, así como también de lectores y debemos compartir la torta presupuestaria empresarial con los grandes monstruos de la comunicación internacional. Primero se dio en los países de Europa y Norteamérica, así que es un fenómeno que se pudo anticipar y permitió repensar estrategias.  Algunos lograron reposicionarse exitosamente, otros no. Pero más allá de lo tecnológico, que siempre es cautivante y sumó una gran herramienta, la cual adoptamos con entusiasmo y mayor o menor destreza, es poco lo que se discute sobre la cuestión periodística.

¿Qué es el periodismo hoy en Argentina?, ¿Replicamos lo que sale en redes o hacemos periodismo?  Considero que el periodismo se merece una revisión de su Misión en esta época. Si pudiéramos enfrentar una genuina discusión sobre esta noble profesión tendríamos una oportunidad para que los medios recuperen su brillo, su masividad perdida, en muchos casos y el liderazgo de opinión tan valioso que pudieran tener en otros tiempos. Así como recuperar las inversiones publicitarias tan necesarias para la continuidad de un medio como empresa.

La prensa libre fue el gran instrumento histórico que posibilitó el progreso de las ideas y el análisis crítico de la realidad en un ambiente de libertad. ¿Por qué no marcar una buena diferencia entre lo que es producción periodística y lo que es una emisión personal de una figura pública?  El ambiente periodístico se debe un profundo debate sobre sí mismo sin perder de vista la necesidad de monetizar ese servicio que prestan a la sociedad, eso va a permitir la continuidad de los medios como empresas periodísticas. Es la independencia económica la que garantiza la libertad de expresión y la reproducción de la palabra. 

… muchachos, hay que comer ¡salgan para el taller! *Juan Carlos Bagluietto